sábado, 16 de octubre de 2010

Dejame escapar de aqui...

Capitulo 1

No hay luz. Un frio helador se apodera de mi pecho, haciendo de mi respiracion un esfuerzo. Me levanto del suelo y a ciegas estiro los brazos intentando rozar con la punta de los dedos algo que me de una pista de donde estoy. No encuentro nada a mi alrededor. ¿Dónde estoy?. El silencio es tan grande que puedo escuchar los latidos de mi propio corazon. No entiendo nada. Un paso adelante y mis dedos rozan algo. Instintivamente retrocedo, mi corazon se acelera y la respiracion se dispara. ¿Que habia tocado?. Estaba frio, y era muy liso y suave. Recobro la calma y vuelvo a avanzar hacia el mismo punto. Ahora mi corazon no esta acelerado, es un caballo desbocado. Rozo con los dedos la misma forma que antes, pero esta vez controlo mi impulso y mantengo posada la mano. Parecia un pomo de una puerta y lo giro sin pensarlo dos veces. Pero la puerta no se abre y sin embargo una luz inunda la habitacion. Los fluorescentes tintinean hasta encenderse del todo. ¿Que ha pasado?. Ahora ya puedo ver la habitacion. Paredes verdes y un suelo de azulejos en bastante mal estado me hacen pensar que no ha pasado mucha gente ultimamente por aqui. No hay ventanas y tampoco veo otra puerta que la que tengo a mi espalda. Veo una camilla pegada a una de las cuatro descuidadas paredes. En ella un cuerpo tapado por una sabana, al que solo se le ven los pies que sobresalen. Ahora escucho mis pasos mientras me acerco a la camilla. Aun no me he acostumbrado a la luz y por ello me duele la cabeza. ¿Cuanto tiempo llevare aqui dentro?. Pegado a la camilla vuelvo a sentir mi corazon intentando huir. Como si quisiera avisarme de que yo no debia estar alli. Los pies eran delicados, pequeños y muy cuidados. Indudablemente eran de una mujer. ¿Retiro la sabana?. ¿Que podria haber debajo? ¿Un cadaver? ¿Una mujer torturada?. De todos modos no veo una salida y parece ser la unica compañia que tengo. Retiro la sabana y...

martes, 12 de octubre de 2010

Monologo

Dejame hablarme...

-Duerme, que ya es hora.
-No puedo, hay duendes hilando mis inseguridades.
-No debes preocuparte, eres joven, tienes una vida entera para cometer errores, y conseguir mas confianza.
-No quiero equivocarme, pues para ti aun soy joven, pero la vida que quiero vivir la tengo clara. No quiero errar. Quiero conservar aquello que amo. Y ya se que el camino es largo y arduas son las trabas que me esperan, pero la amo tanto.
-Entonces, ¿hablas de alguien y no de algo verdad?.
-Es alguien, pero es algo. Ella representa para mi todo lo bello del mundo. Pues es ella quien me da los mejores momentos de mi vida, pues desde que entro en ella no ha dejado de ser lo mejor que me ha ocurrido. Es tan...increible, no te la imaginas.
-Y, ¿ella te corresponde?.
-Ella me quiere. Me quiere muchisimo, y eso es algo maravilloso. Pero me gustaria saber si al igual que a mi, entrada ya la madrugada, se le despiertan las dudas sobre si la amare eternamente, si pensara en un futuro juntos, si un miedo atroz a perderme abre sus ojos como platos. Quisiera saber si ella me ama como yo la amo.
-Tranquilo. Para eso tienes el tiempo. Y noches en vela habra muchas, y seguro que tu princesa sabe apreciar lo que tiene. Descansa y no te preocupes, pues por la mañana se habran esfumado las dudas y daras paso a un nuevo episodio.
-La quiero...

viernes, 1 de octubre de 2010

Gracias

Toqué fondo...para coger impulso...

Gafas de sol y sonrisa perfilada. Y tan solo esperé. Solamente, solo. Tiempo y mas tiempo, no hablo de horas, ni dias ni semanas, sino meses que se han convertido ya en mas de un año. Pensé que el mismo tiempo que me hundia seria aquel que curase las heridas. Pero no llegaba ese momento. Luche contra mi mismo, y las gafas de sol ya no valian para tapar mi animo, la tristeza que hacia que el aire de mis pulmones pesara en mi tanto como el sentimiento de culpa. Despertar cada mañana y sentado en el borde de la cama intentar alzar la cabeza con valentia para afrontar la vida con buena cara, y no ser capaz de ver mas que mis pies frios buscando unas zapatillas donde refugiarse. Una tristeza sin motivo, o con demasiados.

Pero un dia te despiertas, y se te caen las gafas, y no puedes ocultar mas tiempo lo que pasa. La tristeza te desborda en un mar de lagrimas, sollozos que no te dejan respirar. Y hablas, pides ayuda y ya no pesa tanto el mundo sobre tus hombros. Abres los ojos y el corazon, vuelcas tu alma en las manos de aquellos que te quieren de verdad y te das cuenta de que la vida merece la pena por aquellas manos que te agarran decididas e imperturbables sin tu ser capaz de dar nada a cambio. Te agarran del corazon y sacan otra vez la sonrisa que llevas dentro.
Gracias.